En la era moderna, uno de los mayores peligros para la salud no proviene de enfermedades infecciosas ni de condiciones médicas complejas, sino de algo aparentemente inofensivo: la inactividad. Pasar largos periodos sentados puede parecer inofensivo, pero estudios recientes demuestran que ser sedentario puede ser más perjudicial para la salud de lo que se pensaba anteriormente. Este estilo de vida incrementa el riesgo de enfermedades crónicas y también puede reducir significativamente la esperanza de vida.
Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition que abarcó más de 300 mil personas reveló que llevar una vida sedentaria es un riesgo significativo para la salud. Los autores del estudio encontraron que la inactividad física se asocia con un aumento en el riesgo de muerte prematura. Sin embargo, también descubrieron que incluso una pequeña cantidad de ejercicio, equivalente a una caminata rápida de 20 minutos al día, podría reducir el riesgo de muerte prematura en un 16 a 30 por ciento en personas inactivas.
Efectos negativos de la inactividad
La inactividad física tiene consecuencias profundas que van más allá del simple aumento de peso o la pérdida de tono muscular. Un estilo de vida sedentario puede tener efectos perjudiciales en casi todos los sistemas del cuerpo. El sistema cardiovascular es uno de los más afectados; la falta de movimiento puede llevar a una disminución de la circulación sanguínea, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Además, estar sentado durante largos periodos se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar hipertensión y niveles elevados de colesterol.
El metabolismo también se ve gravemente afectado por la inactividad. La falta de ejercicio puede provocar una regulación deficiente de la glucosa en sangre, aumentando el riesgo de diabetes tipo 2. El sedentarismo contribuye a la acumulación de grasa abdominal, lo que a su vez incrementa la inflamación en el cuerpo y puede llevar a enfermedades metabólicas.
Pero los efectos negativos no se detienen ahí. La inactividad puede tener un impacto significativo en la salud mental. Estudios demostraron que el sedentarismo está relacionado con un aumento en los niveles de ansiedad y depresión. La falta de actividad física regular puede afectar el estado de ánimo y la calidad de vida general, contribuyendo a un ciclo de inactividad y deterioro de la salud mental.
Beneficios de la actividad física
Incluso aquellos que consideran que llevan una vida activa pueden estar en riesgo si pasan demasiadas horas sentados frente a la televisión o en el escritorio. La clave está en incorporar más movimiento en el día a día. Levantarse regularmente, caminar durante los descansos y optar por actividades que involucren movimiento puede ayudar a mitigar los efectos negativos de estar sentado durante largos periodos.
Afortunadamente, la solución a estos problemas es accesible y al alcance de todos. La actividad física regular no sólo contrarresta los efectos negativos del sedentarismo, sino que también aporta numerosos beneficios para la salud. Realizar ejercicio moderado puede mejorar la circulación sanguínea, fortalecer el corazón y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, el ejercicio ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre y mejora la sensibilidad a la insulina, reduciendo el riesgo de diabetes.
Más allá de los beneficios físicos, la actividad física también tiene un impacto positivo en la salud mental. El ejercicio regular demostró ser efectivo para reducir los síntomas de ansiedad y depresión, mejorando el estado de ánimo y promueve una sensación de bienestar. Incluso actividades moderadas, como caminar o andar en bicicleta, pueden tener un efecto significativo en la salud mental.
Infobae/Salud