Muchas personas con autismo presentan hipersensibilidad sensorial. Los ruidos fuertes y las luces repentinas pueden resultar abrumadores y difíciles de procesar.

La pirotecnia puede percibirse como una amenaza intensa, generando miedo, ansiedad y reacciones emocionales o conductuales significativas.

El impacto no siempre termina cuando cesa el ruido. En algunas personas el malestar puede extenderse durante horas o incluso días.

Considerar cómo viven estos momentos las personas con mayor sensibilidad permite construir celebraciones más inclusivas y compartidas.

Existen otras formas de festejar:

  • Burbujas, luces suaves o linternas.
  • Manualidades, origami o juegos en familia.
  • Música tranquila o rituales simbólicos.

 

Repensar el uso de pirotecnia contribuye a que las celebraciones de fin de año las puedan disfrutar todas las personas, sin generar angustia innecesaria.

Fuente: FLENI

 

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