- El lema de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2020 es «Apoyar la lactancia materna para un planeta más sano».
En la semana de la lactancia materna, celebrada del 1 al 7 agosto, quisiera recordarle a la comunidad la importancia de este acto de amor y de entrega que realiza la madre hacia el niño.
La lactancia nutre no sólo desde lo biológico sino también desde lo afectivo al promover el contacto entre el bebé y la madre, facilitando también el apego.
La “Norma de Oro”, apoyada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), por UNICEF y también apoyada en el país por el Ministerio de Salud de la Nación y la Sociedad Argentina de Pediatría propone: “Lactancia Materna exclusiva durante los primeros seis meses y Lactancia Materna continuada hasta los dos años o más.”
Esto significa que durante los primeros seis meses el niño debe recibir solamente leche materna sin agregado de ningún otro alimento ni bebida (ni agua, ni jugo, ni té), el estado de hidratación de los niños amamantados es normal, por lo que no es necesario agregar otros líquidos. Y es a partir del sexto mes que debe iniciarse la alimentación complementaria.
La alimentación del niño debe establecerse a “libre demanda” durante el día y la noche. Esto permitirá satisfacer el fluctuante apetito del bebé, cuya succión vigorosa será el estímulo para la producción de leche.
Ninguna fórmula infantil puede ser mejor que la leche materna: En el caso de las fórmulas artificiales se observan muchas variantes que se venden como si fueran o tuvieran algún parecido con la leche humana a la que intentan imitar pero, no se puede comparar un polvo inerte con un tejido vivo como es la leche humana del pecho de la madre. Los niños alimentados con fórmulas infantiles tienen más riesgo de enfermar en el primer año de vida que los amamantados.
La leche materna está específicamente adaptada a las necesidades del recién nacido y lactante.
Dar de mamar sirve como prevención de enfermedades no sólo para el niño sino también para la madre.
Protege a los bebés de infecciones intestinales, neumonías, bronquiolitis, otitis y entre otras. Disminuye enfermedades como asma, eczema, alergias, diabetes, enfermedad celíaca, enfermedad inflamatoria intestinal crónica y también reduce el riesgo de anemia y obesidad.
Karen Callava Tiznado
Lic. en Nutrición
MP 4126
